5 abr. 2012



Execrable asesinato en Huarmey

                                 
AMADOR TITO VILLENA
PEDRO TAPIA:    Hoy yaces en tu féretro, contra tu voluntad, muerto por la mano asesina contratada por la ruindad, la mediocridad, la ambición desmedida, el primitivismo de espíritu y la venganza de quienes pretenden imponerse sobre la moral del pueblo huarmeyano con las armas del asesinato, el chantaje y el terror. Está comprobado que fuiste asesinado por acción del cicariaje, nunca antes visto en esta provincia, cicariaje inaugurado justo en estos tiempos, luego de tantas señales de  auspicio y protección de acciones de violencia, y fuiste muerto con alevosía, ensañamiento, premeditación y ventaja, amparados en la nocturnidad como lo hacen los cobardes, pero más cobarde aún, el “cerebro”, el autor intelectual, el que dio las ordenes y contrató al criminal. Cortaron tu vida, tu realización personal y profesional y dejaron en llanto a tu desprendida esposa, tus lindos hijos, tus padres, hermanos, familiares y a todos los que te quieren y aprecian. Todo eso truncaron los criminales.

PEDRO TAPIA:

El pueblo de Huarmey rechaza esta acción cobarde y se ha volcado en multitud a las calles conduciendo tu féretro exigiendo justicia y todo el peso de la ley a la insanía de estos criminales. Yo me aúno a este clamor, y aunque tuvimos algunas diferencias en el aspecto político, pero al final se imponía el respeto y el trato cordial que nos prodigábamos.

No hay crimen perfecto, todos claman y reclaman Justicia, el pueblo, tus amigos, los adversarios políticos, tu gremio médico de los Hospitales de Chimbote y Huarmey, el Colegio Médico del Perú, hasta el Ministro de Salud hace poco dijo que exigiría una exhaustiva investigación para dar con los autores de tu macabra muerte. La maquinaria policial ya está en marcha y encontrará a los culpables. ¡Tiemblen criminales! Todas las hipótesis y todos los indicios deberán ser exhaustivamente investigados. El pueblo de Huarmey no se cansará de exigir Justicia.

Cegaron tu vida, pretendieron matarte, pero vives en la memoria colectiva, esa es la derrota de quienes mandaron asesinarte, tu victoria es su muerte moral, Huarmey no tiene miedo si eso pretendían, hoy un inmarcesible mar humano  te llora y se vuelca a tus exequias clamando el castigo divino y la severa e implacable justicia de los hombres para los autores.

PEDRO TAPIA, AMIGO
DESCANSA EN PAZ.




CRIMEN Y POLÍTICA

Por: Lalo Villa
El asesinato de Pedro Tapia en Huarmey, la levantado las mismas polvaredas de misterio e indignación que suscitaron también las muertes  de Antonio La Torre Echeandía en Yungay y Pedro Flores Silva en Casma.  Uno político y dos periodistas con parecidas tramas que dieron lugar a sospechas que finalmente en los dos últimos casos no se han desentrañado.

En el episodio yungaíno si bien el ex burgomaestre Amaro León, purgó cárcel pero fue liberado por falta de pruebas aunque sí familiares cercanos a él tuvieron que verse obligados a pasar a la clandestinidad. El crimen quedó impune. En el caso del periodista casmeño, pese al tiempo transcurrido hasta ahora el Ministerio Público como la policía no ha sido capaz de llegar al fondo del asunto y quedaron como sospechosos dos autoridades políticas a quienes ahora el pueblo los mira con reojo y recelo.

En el caso de Huarmey ¿qué es lo que pudo ocurrir?  Una primera hipótesis fue que siendo Tapia un activo propulsor de la revocatoria para el actual burgomaestre estuviera en su mira; sin embargo José Benítez, salió al frente y hasta preparó un homenaje, pidiendo a la vez que se establezcan las responsabilidades. Por allí también se tejen otras hipótesis que el crimen haya sido urdido por quienes pretenden sacar sí o sí al alcalde Benítez, para echarle la culpa y aceitar el proceso de revocatoria que aún marcha remolón, como en varios lugares ¿Fue sólo el móvil de tipo político? Es la otra pregunta porque nadie ha hurgado la vida privada del occiso.  Toca desentrañar a los expertos en criminalística.

Pero lo que sí es clamoroso comprobar cómo es que el sistema de seguridad ciudadana no funciona ni en Huarmey ni en ningún lugar.  El crimen se ha perpetrado a sólo cincuenta metros del local de la comisaría, resulta insólito como es que producido el crimen no se haya capturado a nadie.  Prácticamente el asesinato se dio en las narices de la policía.  Algo muy parecido como cuando los delincuentes “marcas” se fugaran luego de una amenaza –ante periodistas- también a cincuenta metros de la sede de la DIRTEPOL, que dicho sea de paso tampoco se ha aclarado hasta el momento.

En este tipo de episodios también se pone en tela de juicio la actuación del Ministerio Público.  Llama la atención de cómo es que la fiscal de turno haya llegado al levantamiento del cadáver pasadas casi dos horas, como casi siempre ocurre también en otros lugares.  ¿Acaso los fiscales no deben estar expeditos para actuar ágilmente para justificar los altos sueldos que ganan? Hay tanta madeja por desenredar.  Huarmey, puede con este hecho ser un hervidero, si las autoridades no aclaran fehacientemente este execrable crimen.


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